Cuando las niñas y niños llegan al taller de dos están en una edad propicia para comenzar el proceso de socialización que representa el jardín.
Este pasaje de la familia a la escuela debe ser acompañado por las familias o adultos referentes que así lo representen.
A este proceso que respeta el tiempo para que cada niño/a establezca un buen vínculo de confianza y afecto, lo llamamos proceso de adaptación.
El dibujo del niño/a muestra con claridad un lenguaje de signos.
En sus garabatos, primero desordenadamente, emergen puntos, líneas, empieza a cerrar formas, aparece el círculo. A través del trabajo cotidiano en el taller y con materiales propios para sus necesidades, empieza a reconocer lo que sus acciones generan.
Puede organizar con todo lo experimentado.
Un círculo con líneas a su alrededor, el sol.
Un óvalo con puntitos y prolongaciones, un nene.
Comienza a simbolizar.